jueves, 31 de enero de 2013

Vendée Globe 2012-13.- Encuentro con un heroe.

El Virbac-Paprec 3 nos hace una visita.

Hay días que no te esperas que ocurran las cosas que ocurren, y hoy fue un día de esos. 

Cuando hoy a las 07:30 de la mañana conecto el ordenador y me entero de que el Virbac-Paprec 3 de Jean Pierre Dick está fondeado en la costa de Lugo en espera de que pase la borrasca en el Golfo de Vizcaya, no me lo pienso dos veces y, después de dejar todo organizado en el trabajo, cojo la cámara de fotos y arranco en coche hacia la zona de San Ciprián, donde la web de la Vendée Globe indica que está fondeado. 

El Virbac-Paprec 3 fondeado en Portiño de Morás © Thornado

Eran las 10:30 de una mañana húmeda pero calurosa. A medida que me iba  acercando, podía ver como las nubes cada vez estaban más bajas.... ¡Una pena! ya que me iba a costar trabajo localizar el Virbac-Paprec 3.  Llevaba en mi móvil activo el software "localizatodo.com" por si el barco tenía encendida la emisora y me marcaba la posición, pero no. Evidentemente, tal y como pude leer más tarde en el twiter de Jean Pierre, estaba haciendo reparaciones en el barco, a sí que de localización con las "nuevas tecnologías" nada. Tendría que echar mano a los métodos tradicionales: vista y unos buenos prismáticos.

Al llegar a San Ciprián, me fui directo hacia su faro, el cual está ubicado en la punta más al norte del pueblo. Desde allí arriba intenté otear el Virbac-Paprec 3 pero nada; lo único que tenía a la vista eran los barcos de pesca "del día", una embarcación de salvamento, los islotes llamados Farallones de San Ciprián y la bocana de entrada al puerto de la Alúmina formado por sus dos espigones, el espigón Norte y el espigón Sur-este. ¿Y el Virbac-Paprec? Nada, no se veía por ningún lado.

El Virbac-Paprec 3 fondeado en Portiño de Morás © Thornado
Por la cara norte del espigón de la Alúmina, se encuentra el "Portiño de Morás", una rada muy resguardada de los vientos dominantes en la zona y me dije..... "vamos a probar en Morás a ver si tengo suerte y lo localizo por esa zona". Una hora más tarde, después de circular por unas carreteras retorcidas, estrechas y muy bacheadas, me voy acercando al Portiño de Morás y ahí comienzo a ver el mástil del Virbac. La verdad es que ver surgir ese mástil de entre las rocas te daba una idea de la embergadura del 60 pies azul y blanco. Y por fin lo localicé. El Virbac-Paprec 3 se encuentra fondeado, amarrado por su popa, a una "señal especial", esa señal que a los que navegamos nos pone las orejas tiesas y nos hace mirar y remirar en las cartas a ver que hay de raro en esa zona, en las cercanías de la zona de amarre de las pequeñas lanchas de pesca artesanal de los marineros locales, cercano también a un par de remolcadores fondeados que dan servicio al puerto de alúmina.

El Virbac-Paprec 3 fondeado en Portiño de Morás © Thornado
Aparqué el coche y me fui acercando andando hacia la zona más próxima al barco. Esto me llevo a trepar por la escollera de piedra existente y que protege la costa de los golpes de mar hasta alcanzar la mejor zona de avistamiento.  Me acerqué todo lo que pude hasta el extremo de las rocas.... tenía unos 300 metros de Mar Cantábrico entre el Virbac y yo.

Las nubes bajas lo mojaban todo, no obstante, saqué la cámara y, como pude, hice unas cuantas fotos. Cuando estaba con las fotos y la lluvia cayendo, salió a cubierta Jean Pierre y, ya que estaba allí, le lancé una voz al barco: "¡Hello Jean-Pierre!" agitando la mismo tiempo los brazos para que me localizara. Después de unos instantes de dudas, - me imagino que deberá de llevar casi tres meses sin escuchar un grito de un humano- levantó la cabeza y luego de buscarme por la costa, me saludó brazo en alto, gritando a su vez algo que me costó bastante entender: "hola desde el Virbac".  Y entonces me dije, "bueno!!! ya tenemos conversación y me puse a ello. Le "grité" que era un seguidor de la regata Vendée Globe y que me había enterado por la web de su fondeo; le pregunté si estaba bien  a lo que me respondió que estaba bien, agusto en este sitio y que se encontraba  bien de salud.  Como le faltaba menos de media hora para entrar en directo en la entrevista diaria de la regata con todos los patrones, me despedí y le deseé muy buena suerte para finalizar la regata. El levantó los brazos en señal de despedida y acto seguido, continuó con sus reparaciones.... en esos momentos estaba trabajando con las velas de proa.

Yo regresé al coche, mojado de pies a cabeza  y regresé a Foz, mi pueblo, no sin antes desearle de nuevo pero ya en voz baja y sin escandalizar a los pescadores que por allí andaban, buena proa y buenos vientos para su regreso a Les Sables D´Olonne. Hay días que no te esperas que ocurran las cosas que ocurren, y hoy fue un día de esos.

Saludos y buenos vientos.

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